Uno podría pasar horas inútiles discutiendo sobre la creciente ola de alienación de parte de los consumidores de vino en relación con concursos, medallas, rankings y puntuaciones, así como sobre la pequeña dictadura que, intencional o accidentalmente, Robert Parker mantiene en el mundo del vino.
Sin embargo, sería tiempo perdido frente al hecho del poder de Parker y, sobre todo, a su precisión, si se toma en cuenta que incluso muchos de sus detractores han tenido que admitir que posee un olfato, un gusto y, sobre todo,una memoria sensorial privilegiada.
Por esta razón vamos a transcribir el método de puntuación de Robert Parker y trataremos de seguirlo en nuestras reseñas, aunque no siempre compartamos la alta valoración que otorga a los vinos "dramáticos".
"Al momento de asignar los puntos, mi sistema otorga a cada vino una base de 50 puntos. El color general y la apariencia del vino puede sumar hasta 5 puntos. Dado que la mayoría de los vinos hoy están bien hechos, gracias a las tecnologías modernas y al incremento en el uso de enólogos profesionales, todos tienden a recibir cuatro puntos, frecuentemente los 5 completos.
El aroma y el bouquet se evalúa sobre 15 puntos, dependiendo del nivel de intensidad y la dimensión de éstos, así como la limpieza del vino. El sabor y el final otorgan hasta 20 puntos y, una vez más, la intensidad del sabor, el equilibrio, la limpieza, la profundidad y duración en el paladar son todos aspectos a considerar para la puntuación.
Finalmente, la calidad general o el potencial de evolución futura -añejamiento- asigna hasta 10 puntos.
Sin embargo, sería tiempo perdido frente al hecho del poder de Parker y, sobre todo, a su precisión, si se toma en cuenta que incluso muchos de sus detractores han tenido que admitir que posee un olfato, un gusto y, sobre todo,una memoria sensorial privilegiada.
Por esta razón vamos a transcribir el método de puntuación de Robert Parker y trataremos de seguirlo en nuestras reseñas, aunque no siempre compartamos la alta valoración que otorga a los vinos "dramáticos".
"Al momento de asignar los puntos, mi sistema otorga a cada vino una base de 50 puntos. El color general y la apariencia del vino puede sumar hasta 5 puntos. Dado que la mayoría de los vinos hoy están bien hechos, gracias a las tecnologías modernas y al incremento en el uso de enólogos profesionales, todos tienden a recibir cuatro puntos, frecuentemente los 5 completos.
El aroma y el bouquet se evalúa sobre 15 puntos, dependiendo del nivel de intensidad y la dimensión de éstos, así como la limpieza del vino. El sabor y el final otorgan hasta 20 puntos y, una vez más, la intensidad del sabor, el equilibrio, la limpieza, la profundidad y duración en el paladar son todos aspectos a considerar para la puntuación.
Finalmente, la calidad general o el potencial de evolución futura -añejamiento- asigna hasta 10 puntos.
90-100 equivale a una A y sólo se otorga en un esfuerzo especial o sobresaliente. Los vinos en esta categoría son los mejores producidos en su tipo. Hay una gran diferencia entre 90 y 99, pero ambas son calificaciones tope.
80-89 equivale a una B y los vinos, particularmente en el rango 85-89, son muy, muy buenos; muchos de estos vinos ofrecen una buena relación precio-valor.
70-79 representa una C, es decir, una calificación promedio, pero, evidentemente, un 79 es más deseable qun 70. Los vinos que obtienen entre 75 y 79 puntos son generalmente opciones agradables y honestas a los cuales les falta complejidad, carácter o profundidad.
Debajo de 70 es una D o una F. Esta calificación es señal de un vino sin equilibrio, con defectos o terriblemente básico, de casi ningún interés para el consumidor serio." (via Robert Parker online)
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